Los
Devas y los Elementales, son aquellos seres celestiales, encargados de
la formación y cuidado de la naturaleza, como también de la vida en la
Tierra.
Los
Devas y los Elementales son seres planetarios, de una gran belleza y
delicadeza. Durante mucho tiempo han sido considerados como reales,
respetados y valorados por diferentes culturas de todo el mundo.
Para
la formación de cualquier realidad tridimensional, es necesario el
aporte desde el plano etérico, astral o mental, y algunas veces desde el
emocional. Este aporte energético lo realizan los Elementales y los
Devas, quienes se sienten muy orgullosos de sus obras, y suelen acompañarlas y protegerlas hasta su final.
Los
Elementales son seres extraños, multiformes, de diversos colores y
tamaños. Ellos son los verdaderos tejedores de la realidad, los
constructores de la materia.
Cuando
una partícula va a elevar el nivel a una formación, en conjunto con las
demás partículas con las que dé este paso, comienza una vibración, un
sonido inaudible para el hombre. Ese sonido es un llamado a los
diferentes Elementales, que ayudarán en la creación de la formación nueva, la transmutación de la partícula energética en materia.
Cuando
es la propia vida la que requiere este paso, igualmente las células,
moléculas y átomos realizan una vibración, un llamado a los seres para
que estos puedan venir y actúen.
Este llamado es algo involuntario para “la parte”
que va a cambiar, y se realiza desde la conciencia del Ser. Desde el
espíritu real de la materia, en el caso de los seres humanos, lo
hacemos desde el alma.
Los
Elementales que actúan, pueden ser, del tamaño de una partícula, hasta
la altura, de dos hombres juntos a la hora de tratar a una persona.
Esto ocurre Indistintamente, de si la persona cree o no, en lo que está
ocurriendo. Para la formación de la materia, es necesaria la formación
de un cuerpo etérico, y la adecuación del astral. Desde lo etérico, es
donde se da vida, se mueve y se alimenta lo físico, no al revés.
Dependiendo
del tipo de materia, actúan unos u otros Elementales, pero esta
actuación también puede ser conjunta por diversos seres. Y
esta regulación es realizada desde la jerarquía dévica (los ángeles y
los guardianes de los diferentes reinos de la Naturaleza).
DESCRIPCIÓN DE LOS DIFERENTES SERES
Para
esta descripción les recomiendo que intenten estar abiertos mentalmente
para poder recordar esta visión en ustedes, o simplemente que cierren
los ojos e intenten ir a un lugar de la naturaleza y visualizar desde
allí.
LOS ELEMENTALES DE LA TIERRA
Los
seres que más fácilmente se pueden ver, son los elementales de la
tierra, primeramente se ven como sombras, a veces coloridas, pero casi
siempre con rojos y tierras. Suelen mostrarse pequeños, no más de un
palmo de estatura, y en los lugares muy mágicos, pueden llegar hasta 2
metros de altura. Los elementales se encargan de enriquecer el suelo y
guardar los lugares. Suelen estar en el centro de los jardines,
señalando que ese es su lugar.
Hablan
tan rápido que es inentendible lo que dicen, pero se entiende
perfectamente porque son pura intención. Los que ya son más sabios o
tienen más años sí pueden hablar largo y tendido, en muchas ocasiones
imitan a otros hombres, diciendo exactamente lo que escucharon en el
pasado, imitando gestos y posturas corporales. En la mayoría de los
casos les encantan los hombres y el contacto con los hombres, les imitan
claramente, incluso a veces se muestran vestidos con ropajes como los
han visto, o con utensilios de trabajo, cosa innecesaria para ellos.
Cuando
estos seres se muestran pequeños, como del tamaño de un pulgar, y
saltan rápidamente de un lugar a otro, son pequeños duendes que dan vida
a las plantas desde el humus, se encargan de colorear de vida el lugar,
y suelen llamar a otros seres, cuando es el cambio de estación. Por
ejemplo, invocar a las hadas en primavera o a los silfos en otoño.
Son
risueños y aunque pequeños muestran una pequeña lógica de
comportamiento, a ellos les gusta sentir el aire, pero también el calor y
la humedad de la tierra, escondidos bajo ella no son visibles, pero si
puedes sentir que palpita en millones de chispitas el suelo cuando pones
la mano sobre la tierra donde habitan. Son más difíciles de ver pero la
sensación de que están es mucho más vivida y presente.
Cuando
les gusta una persona empiezan a rodearla y bailar a su alrededor,
entonces se ve la persona con todo el aura llena de chispitas de colores
revoloteando a su alrededor. La persona se siente embargada por la
alegría o por la necesidad de movimiento, cuando es contagiada por la
luz, de estos seres.
En
cambio cuando hay una persona gris, u oscura, se esconden en el
subsuelo y no vuelven a salir, hasta que la persona se ha ido. Intentan
llamar a todos los seres que ellos pueden, para limpiar la negatividad
que esa persona ha podido dejar en el lugar. Si la persona ha pisado
muchas flores o plantas, se sienten aplastados por ella, y su salto no
es tan brillante y volátil como al principio.
Cuando
entramos en un prado o salimos de él, es importante pedirles permiso y
perdón a los seres que cuidan el lugar y alimentan la tierra, pues a
veces se pueden sentir muy heridos con nuestro comportamiento en la
Naturaleza.
LOS GUARDIANES
Tras
esto es fácil ver y sentir los guardianes. En algunos lugares son tan
vistosos y enormes que pueden parecer sentados sobre la cima de una
montaña o de grandes estaturas y tamaños. Pero también los hay más
pequeños, como de hasta centímetros en caso de pequeños jardines.
Se
les puede sentir o presentir como sombras que cruzan rápidamente el
bosque, nos rodean o nos vigilan cuando aparecemos en su lugar, y cuando
nos reconocen y nos aceptan, entonces se quedan quietos, permitiendo
que estemos allí.
Se
pueden mostrar femeninos y masculinos y pueden incluso tomar forma
humana o semihumana y hablar con las personas. Son sabios y elegantes y
su sabiduría es de miles de millones de años, lo que les permite conocer
perfectamente el lugar, a los hombres, el comportamiento humano y la
trascendencia de cualquier momento.
Pueden
ser ángeles y seres de luz increíbles cuando han alcanzado un nivel
interior alto. En los lugares santos estos guardianes casi siempre son
ángeles alados preciosos. Se
muestran como desean por lo que no hay una forma clara, pero antes de
entrar en un bosque o una montaña o un lago, es importante pedir permiso
a los guardianes de ese lugar.
Si
nos interiorizamos al hacer esta petición, podemos verles y
escucharles, nos pueden mostrar los lugares más especiales e incluso nos
pueden invitar a entrar para sanarnos y limpiarnos.
LOS ELEMENTALES DEL AIRE
SILFOS Y SÍLFIDES
Los
más fáciles de ver son los silfos bajos, crean las brumas y las
neblinas. Se muestran como formas humanas muy estilizadas, con brazos y
piernas acabados en forma de nube, algunas veces completos. Casi siempre
muy delgados.
Los
silfos de las tormentas se muestran antes de actuar, y señalan cuánto y
con qué fuerza será la tormenta. Les gusta crear tormentas y lluvias
que limpien el lugar.
Buscan
el entendimiento del hombre y su implicación en la vida del planeta, y
mientras este entendimiento y esta conciencia no se produzca, no les
importa que grandes temporales destruyan lugares habitados por el
hombre, pues ellos realizan su trabajo, no para las personas, sino para
la Tierra. Y su trabajo es limpiar, sanar, remover, etc....
Cuando
va a haber grandes temporales se muestran grandes, en el alto cielo,
quietos, esperando el momento adecuado. Tras esto se sincronizan y
pueden provocar lluvias que duren meses incluso.
Las
sílfides son mucho más difíciles de ver. Son hermosas y mucho más
sutiles y alegres. Crean los vientos alisios y las suaves brisas y
aparecen en primavera, acariciando con sus alas las flores de los campos
o las hojas de las copas de los árboles. Se las puede ver como un resplandor, a veces muy pequeñas, otras enormes formas femeninas de trasparencia etérica.
LOS ELEMENTALES DEL FUEGO
Muchas
veces se presentan como formaciones rocosas movibles, pues quieren
imitar las rocas que la lava arrastra tras su paso, pero su forma más
original es como dragones etéricos de fuego, o grandes seres
semihumanoides grises, naranjas o rojos que salen de las profundidades
de la tierra a rescatar el calor en la superficie.
Cuando
aparecen, traen tras de sí vientos cálidos, provocados por grietas en
el suelo, geisers o calores que surgen del subsuelo formando aguas
termales. Los gusta actuar conjunto a los silfos quienes conducen y son respetados por todos los demás Elementales de la naturaleza.
LOS ELEMENTALES DEL AGUA
ONDINAS
Las
ondinas más fáciles de ver, son las de ríos y riachuelos, las de lagos o
mares son más difíciles de contemplar, pues se alejan de los lugares
contaminados y los hombres.
A
veces se acercan a saludar a algunas personas que van al río, acompañan a
la persona en su visita y entonces son fácilmente visibles, no como
sirenas sino como largas formas etéricas muy transparentes y luminosas,
semejantes al agua, que parecen sonreír y saludarnos entre las
ondulaciones del agua.
Les
gusta bañarse en las cascadas, o dormir en los pozos y charcas. Las hay
de todos los tamaños y formas, pero casi siempre son alargadas y
sutiles y toman cuerpo semiacuático.
En
cada río hay un guardián o una guardiana, suele mostrarse en la parte
más alta del río o en su nacimiento y desde ahí controla y siente todo
lo que ocurre en su río. Se le puede ver con facilidad, casi siempre
quieto y observante, pero se desplaza cuando hay algún accidente como la
muerte de una persona, el nacimiento de un ser, o la llegada de alguien
especial a su territorio. Si no son casos especiales, es necesario
mirar a lo más alto del río para sentir su presencia y su mirada
protectora.
En
los grandes océanos acompañan a los barcos, los delfines, las ballenas,
se enredan entre los corales y las algas. Disfrutan de los fondos
marinos y las fosas volcánicas. Pueden alcanzar tamaños inmensos, y a
veces se muestran con formas bellísimas como sirenas preciosas.
Realmente
cantan, igual que las ondinas de los ríos, pero es un sonido vibrante e
interno, que permite alcanzar estados de conciencia alterados y
perdernos en las mareas de las aguas.
LAS HADAS
Entre
los maravillosos seres de la tierra se encuentran unos sutiles seres
astrales que se vinculan con las flores, el rocío o el hielo.
Son
seres de todos los tamaños y casi siempre se muestran como jóvenes
femeninas, a veces incluso aladas, aunque sus vuelos casi nunca son muy
altos.
Son
protectoras de lugares delicados y bellos, se encargan de colorear y
fabricar las flores, acompañan las gotas del rocío en la mañana, e
invocan a otros elementales para alimentar sus creaciones.
Son
fáciles de ver, como frágiles luces de colores revoloteando entre las
flores, o los árboles en flor. En raras ocasiones se las ve de tamaño
humano, como guardianes de campos enteros de flores o lugares extensos.
Algunas veces en arbustos o conjuntos florales más pequeños, pero como
un gran ser o una gran hada, formada por miles de miles de haditas
pequeñas que en conjunto tienen individualidad.
Se las puede escuchar como coros de risas o sentir como alegría con olor a flores frescas.
OTROS SERES DE LA NATURALEZA
Existen multitud de seres de la naturaleza pero los descritos son los más fáciles de ver y sentir.
Entre
los bosques y sierras más mágicas podemos volver a ver unicornios
mágicos, que nos bendicen con su presencia y su energía, mariposas de
luz, damas florales, seres de tierra o árboles con vida.
Una
vez que se ha realizado una apertura de visión a los primeros
elementales descritos, es fácil continuar viendo y sintiendo estos
seres, y mucho más el poder trabajar con ellos o aprender a pedirles
ayuda cuando lo necesitamos.
Junto
a ellos siempre podemos ver ángeles o seres de luz que acompañan en el
trabajo de los elementales mientras juegan y disfrutan.
Los
ángeles, también devas de la naturaleza, se muestran de diferentes
formas, tamaños y jerarquías, pero lo común es verlos como esferas de
luz, casi siempre doradas o blancas, muy hermosas.
LOS DEVAS Y LOS ELEMENTALES
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